El rediseño de Anna debía expresar ligereza, elegancia, luz, cierta feminidad… Una oda al blanco. La idea de un troquel ondulado nos aporta todo esto y, además, nos traslada de manera sutil a otro lugar.
Ahora, Anna es movimiento, ergonomía, sale de los límites de la botella, como si bailase, como si de un foulard de fina seda se tratase.
Cliente: Codorníu